lunes, 19 de abril de 2010

Sensibilidad


Hay momentos en la vida que se podrían definir como de "Sensibilidad extrema", una de esas etapas en las que tener sensibilidad, no sé si como virtud o defecto , a veces gratificante, que puede incluso ayudar a llegar a gente , juega malas pasadas, hace pasar más malos ratos de lo normal.

Esos momento donde todo afecta, hasta lo más mínimo. Cuando te quedas emocionalmente desprotegido, cualquiera que se lo proponga puede hacerte daño, porque simplemente no te apetece defenderte.

Momentos fuertes, de toma de decisiones duras, y decisivas que pueden marcar un futuro. Momentos en el que la pérdida de un ser querido te puede hacer ver las carencias de otras personas y cómo afectan y como duelen, donde aprendes una vez más a no crear espectativas de la gente, porque no se cumplen.

Donde aprendes que algunas personas viven su vida, sin pensar en nadie más, ni siquiera en lo más sagrado de sus vidas, o lo que se entiende como sagrado, solo piensan en ellos y claro, es como pegar contra un cristal duro, una y otra vez, acabas sangrando.

Momentos donde, como bien dice un amigo mío, " tienes muchos frentes abiertos", muchas gotas de agua, que van cayendo día ía a día en ese pozo interior y un buen dia una de esas gotas, por mala casualidad, colma el pozo y este borda, explota y ...a quien salpique, salpicado queda.

Todo esto que reflejo aquí, le pasa todo el mundo a diario, y peores cosas, el problema es cómo lo recibe y vive alguien que padece ..esta puñetera sensibilidad, que tumba, que enfada y hace plantearse a las personas hasta que punto merece la pena ser así.

Ser sensible , a veces, muchas veces, es un problema, las personas no lo entienden, no entienden que quieras a alguien solo porque sí, porque es una persona con unas cualidades y te aporta cosas que te ayudan a crecer, no se entiende que quieras ayudar, solo porque a ti te han ayudado otras veces y sabes por lo que está pasando esa persona.

No sé hasta que punto, merece la pena.

miércoles, 7 de abril de 2010

Un pequeño homenaje..


Hola a todos..

Esta semana Santa, difícilmente se me olvidará, y ya para siempre estos días quedarán marcados por un triste aniversario: se ha ido el abuelo Isolino, con casi 94 años ( los cumpliria el dia 10), y después de 8 largos meses de lucha.

Me dijo una persona en estos días, que los abuelos, son nuestros grandes amores. Éste sin duda lo era. Era uno de mis grandes amores. Quizás una de las personas de la que más cosas he aprendido, y de las que más ha influído en mí a la hora de ser como soy. Él y la abuela, los dos.

Hombre de campo, de carácter fuerte, de grande embergadura, pero con el alma y el corazón de un niño. Amante de la música, de toda la buena música, aunque lo suyo eran las Bandas. A más de un director de orquesta puso colorado, al decirle cuál intrumento y en que parte de la pieza se había equivocado de nota. Un oído y una memoria musical asombrosas.

Hasta estos últimos meses, la música realmente le embelesaba. Era lo único que hacía cambiar su aspecto y su expresión. Amante del dulce. Todo lo dulce le encantaba y comía a placer, fué de estas generaciones que no conoció el colesterol ni el azúcar alto.

Me encantaba escuchar sus historias, las de la guerra, las de sus tiempos mozos, como conquistó a mi abuela, y a ella revatirle la mitad de las palabras llamándole "badulaque"..cuando escuchas esto en un matrimonio que llevan juntos casi 70 años, no te queda más que reirte, y verlo de una forma entrañable.

Despedir a un ser querido, cercano, no es fácil. Pero el legado, la lección, la huella que deja mi abuelo, es una mezla, de dolor, melancolía y agradecimiento, por haber tenido el privilegio de disfrutar de un ser asi durante tantos años.

Agradecimiento también que desde aquí expreso a la vida, por estar rodeada de tanta y tanta gente que me aprecia y da lo mejor de sí.

Muchisimas gracias a todos los que esruvisteis allí a mi lado, cerca, en cualquiera de las formas que se puede estar. No me refiero sólo a estar físicamente. La energía y los buenos deseos llegan de un lugar a otro solo con desearlo. Y yo así lo he sentido.

D.E.P Abuelo, cada vez que vuelva a entonar el Miudiño, sonreiré y me acordaré de tu pregunta siempre : "Ti fas a alta e eu a baixa ou facemos ó revés??"

Te quiero.