miércoles, 7 de abril de 2010

Un pequeño homenaje..


Hola a todos..

Esta semana Santa, difícilmente se me olvidará, y ya para siempre estos días quedarán marcados por un triste aniversario: se ha ido el abuelo Isolino, con casi 94 años ( los cumpliria el dia 10), y después de 8 largos meses de lucha.

Me dijo una persona en estos días, que los abuelos, son nuestros grandes amores. Éste sin duda lo era. Era uno de mis grandes amores. Quizás una de las personas de la que más cosas he aprendido, y de las que más ha influído en mí a la hora de ser como soy. Él y la abuela, los dos.

Hombre de campo, de carácter fuerte, de grande embergadura, pero con el alma y el corazón de un niño. Amante de la música, de toda la buena música, aunque lo suyo eran las Bandas. A más de un director de orquesta puso colorado, al decirle cuál intrumento y en que parte de la pieza se había equivocado de nota. Un oído y una memoria musical asombrosas.

Hasta estos últimos meses, la música realmente le embelesaba. Era lo único que hacía cambiar su aspecto y su expresión. Amante del dulce. Todo lo dulce le encantaba y comía a placer, fué de estas generaciones que no conoció el colesterol ni el azúcar alto.

Me encantaba escuchar sus historias, las de la guerra, las de sus tiempos mozos, como conquistó a mi abuela, y a ella revatirle la mitad de las palabras llamándole "badulaque"..cuando escuchas esto en un matrimonio que llevan juntos casi 70 años, no te queda más que reirte, y verlo de una forma entrañable.

Despedir a un ser querido, cercano, no es fácil. Pero el legado, la lección, la huella que deja mi abuelo, es una mezla, de dolor, melancolía y agradecimiento, por haber tenido el privilegio de disfrutar de un ser asi durante tantos años.

Agradecimiento también que desde aquí expreso a la vida, por estar rodeada de tanta y tanta gente que me aprecia y da lo mejor de sí.

Muchisimas gracias a todos los que esruvisteis allí a mi lado, cerca, en cualquiera de las formas que se puede estar. No me refiero sólo a estar físicamente. La energía y los buenos deseos llegan de un lugar a otro solo con desearlo. Y yo así lo he sentido.

D.E.P Abuelo, cada vez que vuelva a entonar el Miudiño, sonreiré y me acordaré de tu pregunta siempre : "Ti fas a alta e eu a baixa ou facemos ó revés??"

Te quiero.

3 comentarios:

  1. Lo que somos parte lo forma el pasado y supongo por lo que escribes la parte buena que tienes se la debes en mucho a tú abuelo.
    Supongo que esto es a o lo que te refieres, aunque ellos llevan la fama y seguro que no lo hacen mejor que vosotros.
    Ánimo.
    http://www.youtube.com/watch?v=d2-YnEKW7iw

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  2. Es un gran privilegio haber compartido tantos momentos con los abuelitos...y de los que se aprenden muchas cosas...mucho ánimooooo. Bikiños

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  3. Me alegra leer lo del "Miudiño" porque sin duda es la canción que más me trae su voz a la memoria. Me parece verlo en la sala pequeña de arriba, sentado en la cabecera de la mesa, solemne mientras buscaba una voz siempre distinta que hacerle al "miudiño".. si lo mirabas entonces te guiñaba en un ojo con esa picardía suya y seguía cantando.. solemne, con la importancia que siempre le dio a la musica. Podía escucharse esa misma voz en medio de una misa, haciendo la segunda voz del Santo, del Gloria, del Pescador de Hombres... desde el fondo, siempre afinado, siempre atento.
    Adoraba las Bandas. Recuerdo alguna vez en la Alameda, por los Mayos seguramente... y después de escuchar un buen rato abstraído del mundo a la banda, soltaba cosas como "a banda non é moi boa, pero o do bombardino toca que da gusto.." Le gustaba la armónica, siempre hubo 2 o 3 en los cajones de la cocina dando vueltas. :) Es casi seguro que de él proviene el amor por la música de papá, de Celsito y el tuyo, sin duda.
    Lo primero que aparece en mi memoria, y tambien me pasa con mamá, es la imagen de sus manos. Eran fuertes, llenas de esos signos que dejan el trabajo y el tiempo. Cierro mis ojos y las veo, cortando pan, o jamón, o trayendo un jarrito de vino de la bodega... o abrazandonos mientras decía aquello de "ay..mante mante.."
    La vida nos privó de muchos años y mil momentos a su lado. De sus enseñanzas, de poder conocerlo desde nuestros ojos, sin distorsiones, sin prejuicios ni condicionamientos. Nos privó muchas veces de la libertad de amarlo sin reserva alguna. Pero la vida, como dice García Márquez, no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla... Asi que, sin importar ninguna otra cosa, son aquellos recuerdos que hoy perduran los que moldearán en nuestra memoria la figura de ese hombre grande, hermoso, recto y cauto que tuvimos el privilegio de tener por abuelo.
    Descansa en paz y gracias por lo que dejas en cada uno de nosotros.

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