![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOEnn9pFb04I5KwAozXoXpv8qxOE991W3P9QhndzFh81KXJAtyHofSQ5-y3UucIB9ls1e1Pm8DPXv0Csa2pKCiz5VMaI-hSxSvvdOBUywn3wSTTeiDeNXC-P6ChTN1T12I6KX7cHV2AVjh/s320/Mano+anciano.jpg)
Esta tarde he hecho una de las cosas que más me gusta, y me llena: hablar con una persona mayor. Es algo que me encanta, absorver todo lo que la sabiduría de los años va dejando en las personas, sus experiencias y el aprendizaje de ella. Cada palabra que escuchas de un "mayor", es un guía para tu vida, un baremo que te indica si vas bien o donde debes mejorar.
Hoy estuve con una profesora del cole. Me dió clases en parvulitos, y desde aquellas, somos inseparables, a pesar de la distancia. Estuvimos 10 años carteándonos, cuando apenas yo contaba con 13 años, y hemos seguido haciéndolo con los años, ya que ella habitualmente vive en Italia.
Estos días está aqui en la ciudad, porque ha sido operada, entonces aprovecho para ir a verla, y nutrirme . Es como pisar en casa, es como abrazar uno de tus pilares, es una relación que ha ido creciendo con los años, y en la distancia, pero es tan sumamente fuerte, que no puedo compararla, es simplemente mi profe de parvulitos.
Es mayor, está débil, y aquel empuje y energía que la caracterizaron durante años, lo va perdiendo. Me asusta eso, pero 80 años, vividos a su ritmo, son muchos años. Hoy me dado muchas pautas, muchos consejos y bastantes recados. Temo no poder volver a sentarme 2 horas en un banco al fresco, disfrutando de las vistas de la ciudad desde esa casa, desde Montealegre. Por eso hoy he querido referirme a ella, porque me hace crecer.
Escuchar su vida, sus consejos, es como volver al centro, para, reflexionar, y salir de allí con ímpetu nuevo.
Escuchar a nuestros mayores es algo que deberíamos hacer más a menudo, por múltiples razones, pero sobre todo por dos que para mi, son fundamentales: a ellos les mueve la necesidad de contar, muchas veces la misma historia, y saber que alguien cogerá nota de sus lecciones y a nosotros, nos ayuda saber, que la vida no es fácil para nadie, pero que ellos han pasado coas mucho peores, y han salido de ellas. Es fuerza, ánimo y alimento para el espíritu, escuchar las experiencias de la vida de nuestros mayores.
Agradezco a la vida esta amistad, que con 50 años de diferencia nos regala momentos para el recuerdo, como el de esta tarde.
Magnifico porque es una realidad, hemos dejado de lado la sabiduria, la sencillez y la lucha que llos representan. Gracias por acordarte de ellos
ResponderEliminar